El primer mar

por primera vez el mar

Recuerdo aún la primera vez que vi el mar.

Recuerdo que, antes de verlo, lo había sentido ya en la piel, cuando la humedad se me pegaba mientras subía esa loma arenosa que a mí, de niño, siempre me parecía una gran montaña desértica.

Luego lo oí. No tuve más remedio que frenar mi ansia por ver, para paliar la sed de mis otros sentidos. Oí el rugido del monstruo dormido con la atención del vigia nocturno y olí, además, el aroma del océano preñado de vida que como un bálsamo especiado llenó mi centro.

Cuando por fin lo ví, infinito, mágico y terrible, con la falsa calma del dragón levemente hechizado, comprendi las palabras de Herman Melville:

"Jamás ha existido un hombre verdaderamente grande que haya transcurrido toda su vida en tierra"

Jesús Timbradd "Tras la estela de Moby Dick"